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Algo así me pasó con Salvajes,
la nueva película de Oliver Stone, protagonizada por Salma Hayek, Benicio del Toro y Blake Lively. Frases publicitarias como “el punto de vista del director
sobre el conflicto de los cárteles mexicanos”, prometían una cinta “reveladora”
al estilo de Tráfico, de Steven Soderbergh.
La realidad es que Salvajes
no es un filme que busque inventar el hilo negro o revelar una cara del
narcotráfico nunca antes vista. Salvajes
es una película de acción cuya historia gira entorno a un gran cártel, y cómo
película de acción, es buena.
Tiene todos los elementos del género: jóvenes “superhéroes”
dispuestos a hacer lo que sea necesario por rescatar a la chica guapa en
peligro, coches volando, disparos y un temible villano (o en este caso villana)
con pocos escrúpulos. Por si fuera poco, tiene buen ritmo, está filmada
impecablemente y una vez más, Benicio del Toro demuestra que es un maestro de
la actuación.
Es una película que cumple su principal cometido: contar
una historia atractiva y entretener.
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